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Nuestra filosofía

"La reforma o rehabilitación del criminal no depende del castigo... sino del restablecimiento del respeto por sí mismo." - L. Ronald Hubbard.

La población penal reclusa en España se sitúa a principios del 2013 en torno a unas 69.000 personas. El 92% aproximadamente son hombres, y solo un 8% son mujeres. La mayoría de ellos son menores de 40 años, y según informan fuentes oficiales, en torno al 46% son reincidentes que ya estuvieron antes en prisión. 

Fuente: ACAIP

Rehabilitación de presosEl éxito de la reintegración de los ex-presos en la sociedad realmente es una tarea difícil. Un exdelincuente que intenta hacer la transición de la vida en prisión a la vida en su comunidad, especialmente después de una sentencia larga, se encuentra con múltiples barreras, pues a menudo ha recibido poca o ninguna preparación para vivir fuera de la prisión; encontrar un empleo, una vivienda, obtener atención básica para su salud...,  pueden llegar a ser tareas abrumadoras, máxime si además carecen de las habilidades personales imprescindibles para tener éxito en la sociedad.

A menos que estas barreras y problemas puedan abordarse de manera eficaz, la reincidencia nos seguirá afectando y los costes personales, sociales y económicos del ciclo de encarcelación y reentrada seguirá siendo una pesada carga para la sociedad española. 

La investigación y la experiencia nos ha demostrado que todo criminal comienza primero con la pérdida de su autoestima y su integridad personal: el abuso de drogas y la inmoralidad, son simplemente los síntomas que se manifiestan después de que el individuo ha perdido su dignidad e integridad personal.

Criminon ha visto que, una vez que la autoestima se ha ido, un sentimiento de desesperanza toma su lugar, y el  individuo adopta la mentalidad de que no tiene futuro y no hay salida. Esta realidad deformada lo lleva a elegir el camino de la inmoralidad, y con frecuencia recurre a la delincuencia para sobrevivir, aunque es completamente consciente de que ningún individuo puede sobrevivir sin una vida basada en los valores de sentido común y los principios éticos de la sociedad.

Así que la acción de reforma primera y más importante debe ser el restablecimiento de la dignidad y la integridad personal. Cada individuo puede ser llevado a darse cuenta de que es básicamente una buena persona, y que hay esperanza para el futuro. A menos que esto ocurra, los servicios de apoyo social que incluyen alojamiento o empleo no serán suficientes para romper el ciclo de reincidencia.

Es el propio individuo quien debe asumir la responsabilidad por sus acciones y es nuestra opinión que la reforma de un criminal depende de su voluntad de efectuar un cambio en su propia vida. Estas cosas se llevan a cabo a través del programa Criminon, y el resultado final es una persona que tiene la facultad de contribuir a la sociedad en lugar de ser una carga para ella.

Criminon es muy consciente de la "puerta giratoria" de la reincidencia, una puerta giratoria a través de la cual los delincuentes salen de la prisión cada vez más comprometidos con una vida de crimen, y por la que vuelven rápidamente a la cárcel con nuevos delitos en su historial. El programa Criminon aborda directamente este área de forma efectiva con la restauración de las habilidades de auto-respeto en los delincuentes, devolviéndolos a la sociedad como miembros activos y productivos.

De los internos que se gradúan en el programa Criminon en todo el mundo, en torno al 80% no vuelven nunca a cometer delitos. De esta forma, Criminon está creando comunidades más seguras, al facilitar que estas personas no se conviertan en delincuentes reincidentes, sino más bien, en hombres y mujeres responsables.